El anticuado sistema de inmigración de los Estados Unidos no se ha adaptado a las realidades económicas, climáticas y demográficas locales y globales de hoy. Entre otras cosas, fundamentalmente no reconoce la humanidad y la dignidad de los inmigrantes.

El Congreso aprobó por última vez un programa de legalización de la inmigración, la Ley de Control y Reforma de la Inmigración de 1986, hace más de 30 años. Medidas sucesivas, como la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y Responsabilidad del Inmigrante de 1996 (IIRAIRA), enfatizaron la aplicación sin válvula de escape de legalización. Como resultado:

  • Más de 20 millones de inmigrantes sufrieron la deportación, sus familias traumatizadas por la separación
  • El miedo a la aplicación de la ley aumentó en las comunidades locales
  • Las industrias críticas sufrieron una escasez de trabajadores legales
  • Los trabajadores inmigrantes quedaron desprotegidos por un sistema que casi los ignoró

NuestroPrincipios

CHIRLA moviliza a sus miembros para que rechacen la aplicación punitiva de inmigración y trabajen por un sistema de inmigración verdaderamente justo, inclusivo y equitativo. Los siguientes principios guían nuestro trabajo:

  • Reconocer la ciudadanía con dignidad para todos los inmigrantes: CHIRLA pide una reforma migratoria inmediata que incluya un camino hacia la ciudadanía para todas las personas indocumentadas.
  • Asegurar la unidad familiar como piedra angular de la inmigración: el regreso a la inmigración basada en la familia garantiza nuestra prosperidad y cohesión nacional.
  • Defender los derechos humanos y civiles de todos los inmigrantes: Garantizar la igualdad de protección ante la ley para todos los inmigrantes.
  • Fortalecer los derechos laborales para todos los inmigrantes: El estatus de ciudadanía no debería ser un obstáculo para la justicia para los trabajadores vulnerables. Nuestro gobierno debe afirmar los derechos de todos los trabajadores, incluidos los inmigrantes. Esto significa condiciones de trabajo seguras y un salario digno para todos.
  • Hacer retroceder la aplicación de la ley de inmigración: mover los procesos de inmigración de un modelo punitivo y costoso que niega los derechos a un modelo orientado al servicio que ayuda a los inmigrantes a progresar hacia la ciudadanía.
  • Avanzar en la integración de los inmigrantes: los nuevos estadounidenses deben tener acceso a programas, desde el aprendizaje de idiomas hasta la educación financiera, para ayudarlos a desarrollar mejor su talento y contribuir a nuestra sociedad.
  • El flujo futuro de la migración: Nuestro gobierno debe diseñar un sistema de inmigración que reconozca la migración como un proceso humano y permita a las personas escapar ordenadamente de la pobreza, la violencia y la corrupción.
  • Fomentar una política exterior humana: Nuestro gobierno debe actuar en coaliciones multilaterales que promuevan la paz y preserven el mundo natural, firmar tratados que no destruyan las economías de otros países y ser un líder para el bien en el mundo.
  • Reconocer el papel de la inmigración en la revitalización de la economía: Desde sus inicios, nuestra nación se benefició de la innovación y las contribuciones de los inmigrantes. Debe honrar esas contribuciones y reconocer que no puede tener éxito solo con los esfuerzos de sus trabajadores nativos.